Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


409
Legislatura: 1869-1871 (Cortes Constituyentes de 1869 a 1871)
Sesión: 12 de junio de 1869
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Respuesta al Sr. Serraclara
Número y páginas del Diario de Sesiones: 98, 2.697
Tema: Ejercicio de derechos individuales

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Respecto a la pregunta que S.S. me había dirigido, debo decirle que están tomadas las medidas para impedir el escándalo que en efecto se dio en el pueblo de Lizarra. En aquel pueblo había un Sr. Aguirre que se negaba a pagar le diezmo en especie, dispuesto siempre a pagarlo en dinero. Por este gran delito mereció una especie de excomunión del cura, pues que el cura no le quiso no confesar ni darle la comunión: pero ese señor, que era un buen cristiano y un buen cristiano católico, apostólico, romano, siguió asistiendo a la misa y rezando el rosario, como consta en el mismo expediente. Pero a pesar de eso, el cura no quiso admitirle ni a la confesión ni a la comunión.

En tal estado, el Sr. Aguirre, que así se llamaba, enfermó, y sea porque en sus últimos momentos insistiera en que no debía pagar los diezmos en especie sino en dinero, sea porque la enfermedad desde el primer instante se presentó grave, el caso es que murió son confesión y sin los santos sacramentos. El cura por lo mismo prohibió que se le enterrara en sagrado, y se le enterró, por consiguiente en un huerto. Llegó la revolución, y la Junta revolucionaria de aquel pueblo creyó que lo que se había hecho con aquel pobre Sr. Aguirre era una arbitrariedad, un gravísimo atentado, y lo creyó con razón; por eso mandó exhumar el cadáver del huerto en que había sido enterrado e hizo que se le enterrase en el cementerio. Verificado esto, el Obispo puso en entredicho el cementerio mandando que se cerrara, y en efecto ha estado cerrado hasta ahora, y los vecinos del pueblo que morían tenían que ser enterrados en el cementerio del pueblo más inmediato. Eso era absurdo. Vino aquí el expediente, y por una equivocación pasó a la Dirección de sanidad, donde ha estado detenido algún tiempo; pero a consecuencia de la pregunta del Sr. Serraclara pasó al centro al que correspondía, se ha resuelto ya, y se ha dicho que bien enterrado está el Sr. Aguirre en el cementerio, y que los vecinos que mueran en el pueblo se entierren en el mismo cementerio, porque no hay nada, absolutamente nada, que se oponga la enterramiento del Sr. Aguirre en el cementerio, que no había sufrido excomunión mayor ni menor; únicamente se había negado a pagar los diezmos en especie, queriendo pagar en dinero. Por consiguiente, el Gobierno ha mandado órdenes terminantes para que el cementerio sea abierto y se ponga a disposición del público.



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL